sábado, 15 de agosto de 2015

APLV que es y como actuar. Leche de vaca, porque no antes del año.

Hasta que nació Lía y empecé a informarme en cuanto la lactancia, alimentación, alergias, crianza... nunca había oído hablar del APLV, si bien yo tengo tengo problemas con la leche de vaca nunca me diagnosticaron nada pero este no es el tema. Jamás se me había ocurrido investigar sobre el tema, hasta que en un grupo de lactancia vi como una madre desesperada explicaba que quería dejar la lactancia porque su hijo era APLV.
Las asesoras le indicaron las pautas a seguir para no tener que abandonarla y ahí empezó mi curiosidad.


APLV :

Se habla de Alergia a las proteínas de leche de vaca (APLV) cuando despues de la ingesta de las proteínas lácteas se produce una respueta inmunitaria conocida como alergia, en su mayoria son del grupo de hipersensibilidad inmediata.

Frecuentemente se ponen de manifiesto los síntomas en el primer contacto aparente con la leche, como la introducción de  biberón. Incluso a veces durante la lactancia materna se ven síntomas por el paso de proteína a través de la secreción láctea.
En el caso de alergia a proteínas lácteas de hipersensibilidad inmediata (IgE mediada), la clínica aparece en menos de 60 minutos desde la toma, y la gravedad de los cuadros de alergia a la leche es muy variable dependiendo del grado de sensibilización y de la cantidad ingerida.
Además de por ingestión, la leche puede producir síntomas por contacto cutáneo directo o indirecto (besos, roces, vómitos) y también síntomas respiratorios por inhalación.
Por orden de frecuencia, lo más habitual son síntomas cutáneos, seguidos de digestivos o asociación de ambos y finalmente respiratorios y anafilaxia. En ocasiones, los síntomas son leves y poco valorados o no relacionados aparentemente con el alimento.
En el caso de alergia a proteínas lácteas no IgE mediadas, los síntomas tardan más en aparecer y pueden ser crónicos, llegando a afectar el estado nutricional. Destacan los síntomas digestivos aunque puede haber también síntomas cutáneos y respiratorios. El cuadro más típico es la enteropatía a proteínas lácteas, más conocido como IPLV (intolerancia a proteínas lácteas)

Las alergias alimentarias se encuentran en cualquier grupo de edad, siendo más frecuentes en la primera infancia. Al ser la leche el primer alimento no homólogo que se introduce en la dieta de un lactante, es la APLV la primera alergia que debuta, afectando a un 2% de la población.

Son factores de riesgo para sufrir alergia a las proteínas de la leche de vaca los siguientes:
Rasgo atópico familiar
Administración precoz de PLV con posterior lactancia materna (biberón en maternidades)
Administración intermitente de PLV durante la lactancia materna


DIAGNÓSTICO
Al igual que en otras alergias alimentarias el estudio alergológico consiste en:
Historia clínica
Pruebas cutáneas: prick  test a leche y sus fracciones. Se puede realizar con extractos comerciales, leche de vaca y fórmulas adaptadas.
Determinación sanguínea de IgE específica a las distintas proteinas.
Exposición controlada, si no hay causa que lo desaconseje: anafilaxia o reacción reciente
La suma de ellos, interpretado por el alergólogo es lo que establece el verdadero diagnóstico.
Una vez establecido el diagnóstico se realizan revisiones periódicas en las que el alergólogo evalúa la evolución. En el caso de la APLV, como el inicio suele ocurrir en el primer semestre de vida, es habitual realizar una revisión seis meses después del cuadro inicial. A partir de ese momento y hasta los 4 años de edad, en la mayoría de los casos, se revisa al paciente anualmente repitiéndose el estudio alérgico.
TRATAMIENTO Y CONSEJOS
Dieta estricta de eliminación de leche, derivados y productos que la contengan, mientras no se compruebe tolerancia.
Excluyendo también leche de cabra y oveja, ya que por la similitud de sus proteinas, puede producir igualmente reacción alérgica.
Si se mantiene la lactancia materna, la madre seguirá una dieta sin PLV.
Si se establece lactancia artificial se usarán fórmulas especiales siguiendo las recomendaciones del alergólogo. 

Información:
aepnaa.org  ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE PERSONAS CON ALERGIA A ALIMENTOS Y LÁTEX

APLV y lactancia
Si su bebé muestra signos de APLV mientras toma leche materna, informe a su médico. Si se confirma que tiene APLV, no se trata de una reacción alérgica a la leche materna en sí. De hecho, la lactancia materna puede proteger a su hijo de la aparición de ciertas enfermedades. En raras ocasiones, los bebés alimentados sólo con leche materna pueden reaccionar a las proteínas de la leche de vaca. Estas proteínas se pueden transmitir a través de la leche materna si la madre ha consumido productos lácteos.
Como primer paso, trate de eliminar la leche de vaca y los productos lácteos de su dieta mientras siga con la lactancia materna. Si evita la leche de vaca por completo, los síntomas deben desaparecer pronto. Como la leche de vaca forma parte de muchos alimentos, tendrá que fijarse en los ingredientes de su alimentación diaria. Consulte a un nutricionista antes de comenzar la dieta de eliminación.
Si los síntomas del bebé no desaparecen o le resulta muy difícil continuar con esa alimentación, el nutricionista puede sugerirle una dieta hipoalergénica con fórmulas sustitutivas para su bebé. La fórmula sustitutiva puede ser una fórmula extensamente hidrolizada o una fórmula con aminoácidos. Ambas fórmulas proporcionarán una fuente completa de nutrición para su bebé; sin embargo, difieren en si se basan en proteínas de la leche de vaca completamente predigeridas o en aminoácidos no alergénicos.

¿APLV o intolerancia a la lactosa?

A pesar de compartir algunos de los síntomas, la APLV y la intolerancia a la lactosa son dos afecciones totalmente diferentes que afectan al cuerpo de manera distinta. Es muy fácil confundirlas, sin embargo, la siguiente información le ayudará a diferenciarlas.
La principal diferencia es que la APLV es una alergia alimentaria, lo que significa que el sistema inmunitario reacciona de forma exagerada ante una o más proteínas presentes en la leche de vaca. Para evitar una reacción alérgica a los alimentos, es importante evitar la ingesta de la proteína.
La intolerancia a la lactosa es la incapacidad para digerir el azúcar de la leche(denominado lactosa). Se trata de una intolerancia alimentaria, lo que significa que el cuerpo no puede digerireste nutriente. El sistema inmunitario no se ve implicado por lo que no se produce ninguna reacción alérgica. Síntomas como hinchazón, dolor abdominal, flatulencia o diarrea pueden ser signos de intolerancia a la lactosa. Ni la piel ni el aparato respiratorio suelen verse afectados. Una vez más, los síntomas de la intolerancia a la lactosa sólo se pueden controlar si se evitan todos los alimentos que contengan lactosa, como por ejemplo, todo tipo de leche y productos lácteos. Por fortuna, los productos lácteos y la leche sin lactosa están disponibles en la mayoría de las tiendas y pueden ser una buena alternativa.
Consulte con su pediatra si está preocupado o si no está seguro sobre los síntomas de su hijo.








Información:
Nutricia- avanced  medical nutrition


Reacciones mediadas por IgE

Reacciones cutáneas

Pueden consistir en una erupción cutánea con enrojecimiento o picor, urticaria (habones de color rojo acompañados a menudo de picor, que pueden localizarse en una zona o propagarse por todo el cuerpo), e inflamación de labios, cara y contorno de los ojos.  

Dolor abdominal tipo cólico

Los lactantes con dolor abdominal tipo cólico pueden presentar retortijones fuertes o dolor en la zona de la tripa, y a veces arquean la espalda. 

Náuseas/vómitos

Los lactantes pueden tener náuseas o vómitos en proyectil.

Diarrea

Las deposiciones de un bebé alimentado con leche materna suelen ser más blandas y pastosas, mientras que las de los lactantes alimentados con fórmula infantil suelen ser un poco más duras.  Si tu bebé tiene diarrea, observarás que sus deposiciones son frecuentes, acuosas, pestilentes y blandas.  Debes contactar con tu médico o con el visitador sanitario si tu bebé presenta diarrea, ya que puede deshidratarse en poco tiempo.

Síntomas similares a la fiebre del heno

Pueden consistir en estornudos, picor de nariz, moqueo o congestión nasal.

Dificultades para respirar o sibilancias

Pueden consistir en tos, opresión torácica, sibilancias o dificultad para respirar.  

Anafilaxia

La anafilaxia (choque anafiláctico) es la reacción alérgica más grave posible; aparece rápidamente, afecta a todo el cuerpo y es potencialmente mortal.  Los síntomas incluyen dificultad para respirar, desmayo, irritación cutánea e inflamación, especialmente del rostro.  Por fortuna, este tipo de reacción alérgica es poco frecuente en lactantes.
Si sospechas anafilaxia, llama al 112 para que te envíen una ambulancia inmediatamente diciendo "ANAFILAXIA".  Si tu bebé está inconsciente, comprueba si respira y colócalo luego en posición de recuperación.  Si tu bebé está consciente, el hecho de sentarlo puede ayudarle a respirar más fácilmente.  Puedes obtener más información sobre lo que debe hacerse en caso de anafilaxia aquí; pero si aprecias signos de anafilaxia, lo primero que TIENES que hacer es llamar al 112.

Reacciones no mediadas por IgE

Cólico

Cólico es el término médico utilizado para describir un llanto excesivo y frecuente en lactantes que por lo demás parecen estar sanos y encontrarse bien.  El llanto es generalmente muy intenso, el lactante tiene el rostro rojo y acalorado y es posible que apriete los puños, doble las rodillas o arquee la espalda.  Los episodios tienden a seguir una pauta de tres repeticiones: llanto durante más de 3 horas al día (generalmente por la noche), más de 3 días a la semana y durante más de 3 semanas. 

Reacciones cutáneas/eccema

El eccema es un trastorno cutáneo con enrojecimiento, picor, sequedad y grietas en la piel.  A menudo afecta a zonas con repliegues cutáneos, como detrás de las rodillas, en la cara interna de los codos, el lateral del cuello y alrededor de los ojos y las orejas.

Reflujo

El reflujo se produce cuando el contenido del estómago vuelve a subir a la boca.  En ocasiones se denomina "bocanada" o "regurgitación".  Casi todos los lactantes lo tienen en alguna medida, pero en los casos graves, pueden regurgitar grandes cantidades de líquido, vomitar con fuerza, atragantarse o tener arcadas, arquearse para alejarse del biberón o el pecho, mostrarse irritables durante o después de las tomas o tener problemas para ganar peso.

Deposiciones inusuales

Los lactantes con alergia a la proteína de la leche de vaca pueden tener deposiciones sueltas o frecuentes, o con presencia de sangre o moco.  La sangre presente en las heces puede provenir del ano o de los intestinos, y es importante que hables con tu médico para averiguar la causa.

Dolor abdominal

Los lactantes pueden tener retortijones o dolores en la zona de la tripa, y es posible que arqueen la espalda.

Estreñimiento

Las deposiciones de un bebé estreñido pueden ser como excrementos de conejo o bolas duras.  Tu hijo puede pasarse varios días sin deposiciones o tener dificultades para expulsar las heces.  Puede que observes presencia de sangre.  No juzgues si tu bebé está estreñido por la frecuencia de sus deposiciones; a veces, los lactantes pueden estar perfectamente sanos y pasarse varios días sin deposiciones.

Dificultades para respirar o sibilancias

Pueden consistir en tos, opresión torácica, sibilancias o dificultad para respirar.

Retraso del crecimiento

Se produce cuando los lactantes no ganan peso suficiente.  Pueden mostrarse apáticos, tener poco apetito o presentar retrasos en el desarrollo.

¿Qué debo hacer si mi bebé presenta estos síntomas?

Si crees que tu bebé puede mostrar signos y síntomas de alergia a la proteína de la leche de vaca, pide cita con tu médico.  En los días previos a la cita, empieza a anotar todos los días los síntomas que observes en tu bebé en nuestro diario de síntomas, y si aumentan durante o después de las tomas o a determinadas horas del día.  Es una buena idea que anotes esta información durante 1-2 semanas.  Es también esencial que indiques qué alimentos consume tu bebé; si toma leche materna, fórmula infantil o alimentos sólidos.  Lleva este diario a tu médico como ayuda para comentar juntos tus dudas y para que resulte más fácil establecer un diagnostico.
Información:
APLV ¿ es alergia a la proteína de la leche de la vaca? -alergiaalaleche.es
¿porque no deben tomar los bebes menores de un año leche de vaca?
La cantidad de proteínas y minerales que tiene la leche de vaca es demasiada para el lactante. La leche materna tiene cerca de 1 gramo de proteínas por cada 100 ml, mientras que la leche de vaca tiene 3,3 gramos. Esta diferencia responde a algo muy lógico: la leche materna se crea para alimentar a un bebé de 3 kilos de peso y la leche de vaca se crea para alimentar a una ternera de 32 kilos.
Los riñones de los recién nacidos son muy inmaduros al nacer, pero esto no supone ningún problema si toma leche materna, porque es una leche que para nada los hará trabajar por encima de sus posibilidades. Ahora bien, si en vez de leche materna les damos leche de vaca, sus riñones se sobrecargarán y los bebés podrán sufrir alteraciones graves (sus riñones no son capaces de filtrar y excretar todo el exceso de nutrientes que está tomando).
Otro factor por el que los bebés no pueden tomar leche de vaca es porque es posible que con ella sufrieran anemia. La leche materna contiene 0,1 mg de hierro por cada 100 gramos, mientras que la leche de vaca contiene 0,1 mg por cada 100 gramos.
Dicho así parece absurda la afirmación de que la leche de vaca puede producir anemia, pues contienen el mismo hierro. Sin embargo no lo es. El hierro de la leche materna está presente de una manera muy biodisponible, tanto, que el 70% de lo que el bebé recibe es absorbido por el cuerpo. El que proviene de la leche de vaca se absorbe peor, y un bebé sólo acaba recibiendo el 30% del que ingiere, que es menos de la mitad.
Pero el problema no radica sólo en la cantidad de hierro que lleva la leche de vaca, o en su baja biodisponibilidad, es que además, al ser las proteínas tan diferentes a las que un bebé espera, el intestino y el estómago de los bebés se irrita de tal manera que pueden producirse pérdidas de sangre a través de las cacas. Vamos, microhemorragias que hagan que el bebé vaya perdiendo sangre.
Como hemos comentado en otras ocasiones, el momento en el que el consumo de leche de vaca es seguro para un bebé es a partir del año. Debe ser leche entera, ya que los bebés necesitan grasas para absorber mejor las vitaminas A y D, y en general para seguir bañando de grasa sus neuronas cerebrales y seguir ganando peso de manera adecuada y el consumo de lácteos recomendado es de medio litro diario.
Obviamente, si un niño de 12 meses está tomando leche materna, el consumo de leche de vaca o lácteos derivados como yogures o queso, es secundario. Son un alimento más y no pasa nada si los toma, pero no tiene que cumplir lo del medio litro de leche de vaca, porque ya está tomando la leche de su madre.
información:
bebés y más.

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