Y de pronto nos dimos cuenta que en la nevera había un montón de trozos de chocolate de varias veces que le habían regalado y que no se los habían terminado.
Así que nos pusimos manos a la obra cogimos los chocolates los derretimos y nos pusimos a rellenar cápsulas mezclándolos con coco, lacasitos, frutas deshidratadas, almendras picadas...
y no salieron unos bombones muy resultones no son los más bonitos del mundo pero están deliciosos.
A ellos les encanta estar en la cocina, hacer cosas como las que hace mamá les hace sentirse muy orgullosos de sí mismos.